Striking Vipers X. Un Intento de solución (Black Mirror 5×01)

Danny (as Lance): “How does it feel?

I mean, for you being in a woman’s body while…”

Karl (as Roxette): “It’s crazy! I mean…it’s different

Like the physical feeling of it… it’s more sort

of satisfying. I can’t really explain it…

Like… one’s a guitar solo, the other is a whole

fucking orchestra…”**

“Striking Vipers, Black Mirror, 5X01”

El primer capítulo de la última temporada de la serie Black Mirror titulado Striking Vipers, sirve para ilustrar el tema de la discordia entre los sexos y del enigma del goce femenino, con una mirada actual, inteligente y haciendo uso del humor.

Karl y Danny, comparten piso durante la etapa universitaria y juegan a diario un videojuego en el que sus avatares luchan violentamente hasta que emerge un vencedor.

Once años después, los amigos se reencuentran con motivo del cumpleaños de Danny, quien se ha casado con su novia (Theo) de aquella época universitaria y se ha convertido en padre.

Karl le regala, una nueva versión del videojuego, Striking Vipers X. Dicha versión, con la simbólica X incorporada al nombre, les permite jugar a distancia, desde el sofá de cada casa, a través de un dispositivo que se implanta cada uno en la sien.

Karl le anticipa que las sensaciones son increíblemente reales, otra dimensión respecto de la versión anterior y elige, como su avatar a una atractiva luchadora, Roxette. Danny será Lance, joven karateca de rasgos orientales. Al grito de Fight! Roxette y Lance comienzan el round.

Sorpresivamente, tanto para el espectador como para los jugadores, la lucha deviene en sexo apasionado entre sus avatares, aunque el goce, claro está, queda del lado de los amigos.

El grito de Exit Game! les permite escapar del espanto y de la fascinación que la experiencia les produce, aunque no por mucho tiempo…

Karl quien goza virtualmente como una mujer, deviene adicto a esa nueva modalidad de goce y busca el encuentro con Danny cada noche.

Theo, que está tratando de quedar embarazada de su segundo hijo, nota el desinterés de su partenaire a la hora de conseguirlo y se plantea su propio descontento en la relación.

A su vez Karl pierde interés en el sexo con su chica (la que en todo momento utiliza el teléfono para satisfacer sus “deseos”) y sólo quiere “jugar” con Danny, quien muestra dificultades para tramitar la culpa. El desencuentro está servido y la discordia desborda todas las escenas.

En su excitante desconcierto, los amigos se preguntan si estos encuentros virtuales los han convertido en gays, lo que los lleva a comprobarlo en la realidad con la sorpresa de no encontrar allí el goce. Dicha comprobación les proporciona cierto alivio…

Sin embargo, el conflicto más grande se les plantea a Danny y a Theo (quien gracias a una contingencia descubre “el juego” entre su esposo y Karl) ya que habitan la dialéctica del amor.

Paradójicamente, es este obstáculo el que les permite la invención, el arreglo, la solución que habilita el amor como intento de hacer existir la relación sexual que no hay. Solución que al menos hasta el final del capítulo, parece funcionar para los protagonistas.

J-A. Miller en su seminario El Ser y El Uno, contrapone los conceptos de deseo y pulsión afirmando que “la pulsión, es la pulsión del uno. A nivel de la pulsión, la instancia, la presencia del Otro no es en absoluto la misma que en el deseo, así entendemos esa pulsión que Lacan consideraba acéfala; también podemos decir que allí no es sólo el Otro el que no está, sino el sujeto de la palabra como tal; situados en el vector de la pulsión, no advertimos necesariamente que el otro no está de acuerdo, algo que puede tener consecuencias trágicas… No es lo mismo ser un hombre de deseo que un hombre de pulsión. La pulsión es la pulsión del uno y esto no resulta para nada forzosamente acorde con el deseo del otro; se puede decir incluso, que, en este nivel, la inexistencia del otro es por cierto notable, sobresaliente.”

Si bien dejaré sin desvelar la invención de Danny y Theo, que podrán encontrar en Netflix, diré que su solución singular a la discordia es posible porque consienten a intentar un arreglo entre la pulsión del uno con algo del deseo del otro. ¿Funcionará…?

**Traducción:

Danny: "¿Qué se siente? Quiero decir, estar en el cuerpo de una mujer mientras ...”

Karl: "¡Es una locura! Quiero decir ... es diferente. El sentimiento físico ... es más satisfactorio. Realmente no puedo explicarlo ... A ver ... uno es un solo de guitarra, el otro es toda una puta orquesta ... "

Bibliografía:

  • Miller, Jacques Alain, “El Ser y El Uno”, Décimo tercera sesión del Curso 2011/Miércoles 18 de mayo.
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